A tu aire por Berlín y la Alemania del este

FLY AND DRIVE ALEMANIA DEL ESTE / VUELA Y CONDUCE POR….

...Berlín y el este de Alemania, en un fly and drive de 9 días con 8 noches de alojamiento y 8 días de alquiler de coche visitando la Berlín reunificada, ciudades históricas y paisajes poco conocidos de la antigua República Democrática de Alemania (RDA).

Fachada de la famosa catedral de Berlín

UN DESLIZ PARA LA HISTORIA…

El 9 de noviembre de 1989, las autoridades de la RDA daban una conferencia de prensa por televisión en la cual, tras dos meses de protestas ciudadanas, anunciaban su intención de permitir la salida de la RDA sin requisitos previos. Un periodista preguntó: ”¿cuándo?”, y entonces el aturullado portavoz Günter Schabowski respondió: “según lo entiendo… inmediatamente”, ante la sorpresa generalizada.

Esa misma noches decenas de miles de berlineses del este acudieron al muro con intención de cruzarlo según habían visto en televisión, y cuando los guardias preguntaron si debían detenerlos, les ordenaron desde el ministerio que no hicieran nada, ya que la única forma de detenerlos sería una masacre. Y es que aquella noche de noviembre de 1989 ya era demasiado tarde para hacer nada: el mundo entero estaba viendo por televisión cómo el muro de Berlín había llegado, por accidente, a su último día.

Ha llovido mucho desde que colapsara la RDA y se terminase la difícil pero exitosa reunificación de Alemania, con la que Berlín volvía a ser su capital, y hoy día la antigua Alemania del este reluce más por su pasado de siglos que por el recuerdo de la época de dominio comunista. Joyas como las ciudades de Dresde, Weimar, Leipzig o Potsdam invitan a recorrer los paisajes verdes y a veces sorprendentes de los estados orientales de Alemania, y desde ViajeAuto os sugerimos un fly and drive con origen y final en Berlín para recorrer en coche y a vuestro aire una región aún poco conocida del corazón de Europa.

Ruta propuesta: Berlín – Spreewald (Lubbenau) – Dresden – Suiza Sajona – Dresde – Meissen – Weimar – Eisenach – castillo de Wortburg – Erfurt – Weimar – Leipzig – Potsdam – Berlín

Pernoctando en: Berlín 2+1 noches, Dresde 2 noches, Weimar 2 noches, Lepizig 1 noche.

Duración: 9 días; Kilómetros mínimos para cubrir la ruta: aprox. 1.050 Km.

Salidas diarias desde Madrid y Barcelona durante todo el año. Consultar otros orígenes.

Precio recomendado. Sujeto a fluctuaciones (alza o baja) según temporada y la antelación con la que se efectúe la reserva.precioauto 810

El precio incluye:

  • Vuelos España – Berlín – España con compañía low cost Easyjet, Vueling o Iberia Express según origen, tarifa básica con equipaje de mano
  • Tasas de aeropuerto
  • 8 días de alquiler de coche grupo EDMR (económico 4 puertas) Kilometraje ilimitado y seguro parcial de colisión y robo con franquicia.
  • 8 noches de alojamiento en hoteles 3***/4**** .
  • Desayunos
  • Mapa de carreteras
  • Seguro de viaje

No se incluye:

  • Seguro de cancelación opcional: 15 €
  • Equipajes facturados, coste según aerolínea
  • Opción de vuelos con escala según origen, consultar.
  • Cualquier extra no incluido en el apartado anterior.

Tira Berlin alemania este 2


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DÍA 1.: España – Berlín (Mitte)
Salida en vuelo de línea regular y llegada a Berlín. Traslado en transporte público al barrio de Mitte, corazón de la capital alemana y donde estaremos alojados las dos primeras noches para disponer de tiempo de conocer Berlín.

Día 2: Berlín

Día libre para descubrir la capital alemana en transporte público antes de empezar el fly and drive por el este de Alemania; aunque Berlín es una ciudad interminable y por ello os ofrecemos la posibilidad de añadir días extra, en un día completo (más la tarde del primer día, y la mañana del tercero si preferís ir directos a Dresden) podréis conocer al menos los lugares típicos:

La Alexanderplatz y su torre de TV con un mirador que se abre a las mejores vistas de la ciudad;

La catedral de Berlín, con su famosa cúpula verde que esconde, tras 300 escalones de subida, la segunda mejor vista de la ciudad;

Algún museo de la Isla de los Museos, por ejemplo, el Museo Nuevo con su colección egipcia (incluyendo el famoso busto de Nefertari) o el museo de Pérgamo con sus grandes obras antiguas de todo oriente próximo son tal vez los más interesantes si tenemos poco tiempo;

La Puerta de Brandenburgo es una parada imprescindible, resulta preciosa a cualquier hora del día y  además queda cerca de todo si nos alojamos en el barrio de Mitte;

Visitar el Reichstag (edificio del parlamento alemán) y subir a su cúpula, con las terceras mejores vistas de la ciudad. Hay ascensor, es gratis y hay que pedir cita con antelación por internet;

Pasear por el famoso y popular parque Tiergarten, podréis alquilar una barquita para verlo desde el agua, comer algo en uno de los restaurantes o tal vez aprovechar una mesa de picnic;

El memorial del Holocausto o Denkmal für die ermordeten Juden Europas (Monumento a los judíos asesinados en Europa) queda cerca del Tiergarten y la extensión y sencillez de sus estelas de hormigón de altura irregular nos invita a reflexionar sobre el pasado. También hay un pequeño centro de visitantes subterráneo donde se recogen los nombres de unos 3 millones de judíos asesinados, sacados de los registros del museo Yas Vashem;

En la Postdamer Platz, aunque no es particularmente bonita, se encuentra el mayor cruce de avenidas de Europa y hay multitud de opciones de restaurantes para hacer una pausa, así que podéis dejaros caer por ella a mediodía;

En la llamada Topografía del Terror, una exposición al aire libre (con audioguías disponibles) nos explica la ubicación del centro burocrático del aparato de terror nazi con las oficinas centrales de las SS y la Gestapo, y de propina preserva una sección del Muro que pasaba por allí;

El Checkpoint Charlie, un icono de la guerra fría reconstruido para disfrute de turistas, señala el lugar del cruce entre el sector americano y el alemán comunista;

Siguiendo con el Muro de Berlín, la “East Side Gallery” es un tramo de 1300 metros de muro que se entregó a grafiteros y artistas para que lo decoraran y así, convertido en una sucesión de murales y grafitis (muchos de ellos icónicos, como “el beso”), es el tramo mejor conservado del muro;

Justo al lado de la East Gallery, el Oberbaumbrücke es probablemente el puente más bonito de Berlín (aunque no lo parezca, Berlín está lleno de puentes: ¡hay el doble que en Venecia!). El puente de Oberbaum además simboliza la reunificación, ya que en tiempos fue parte de la frontera entre Berlín Este y el sector occidental;

El barrio de Nikolaiviertel por su parte es la zona más antigua de Berlín, este barrio alrededor del “Ayuntamiento rojo” y la iglesia de San Nicolás quedó destrozado durante la guerra pero fue reconstruido y restaurado a su aspecto original (más o menos), con edificios del año 1200, y forma un marcado contraste con la profusión de arquitectura moderna de Berlín (además de tener unos cuantos locales donde probar la contundente cocina tradicional alemana);

Por último, la Gendarmenmarkt es una de las plazas más bonitas de Berlín, donde se hallan la “Catedral Francesa” y la “Catedral Alemana” con sus cúpulas gemelas mirándose de tú a tú, y en medio la preciosa Konzerthaus, es un entorno mágico.

Para ratos sueltos o si nos sobra tiempo, podemos sugeriros recorrer también la avenida Unter der Linden, ir a visitar el palacio de Charlottenburg o la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm en la calle Kurfürstendamm (donde también hay varios centros comerciales), o bien acercaros a las afueras y el campo de concentración de Sachsenhausen o la villa de Potsdam (ambos, podréis visitarlos también con el coche al final de este fly and drive por la Alemania del este).

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.Día 3: Berlín – Spreewald – Dresde 200 km

Hoy nos dirigiremos a la estación central de Berlín o Hauptbahnhoff a recoger nuestro coche de alquiler; según donde tengamos el hotel en Mitte podremos ir andando o bien usar el transporte público. Desde esta estación empezaremos el viaje en coche por la Alemania del este, atravesando con calma el pesado pero estrictamente ordenado tráfico berlinés hasta salir al fin hacia el sureste por la autopista 13.

Por el camino a Dresde podréis decidir deteneros a visitar la reserva de la biosfera del Spreewald, un bosque inundado surcado por cientos de canales y cuyo centro neurálgico es el pueblo de Lubbenau. Este refugio natural de los berlineses es muy tranquilo entre semana y sus canales pueden recorrerse en excursiones en barca que se adentran por una especie de Venecia verde donde los árboles sustituyen a los edificios.

Llegada a Dresde tras unas 2 horas y media de coche, podremos empezar a visitar esta ciudad de gran belleza, llamada “la Florencia del Elba”.

Construida a orillas del río Elba, Dresde destaca por sus iglesias y edificios nobles, por desgracia la mayoría de ellos tuvieron que ser reconstruidos tras uno de los episodios más negros de la Segunda Guerra mundial.

Entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, con la excusa estratégica de que era un centro de comunicaciones y fabricación aún relativamente intacto, se puso en práctica sobre Dresde la táctica de los “mil bombarderos”, en que el objetivo sería bombardeado de noche por la fuerza aérea inglesa y de día por la americana, con una mezcla de bombas explosivas primero que reventaban los edificios y bombas incendiarias después para quemarlo todo. Como operación militar se desarrolló exitosamente, ya que los incendios generalizados se unieron en una tormenta de fuego que arrasó todo el centro de la ciudad y acabó con las vidas de entre 40.000 y 70.000 civiles, pero en la práctica tuvo pocos efectos militares y hoy en día el bombardeo de Dresde es visto como una atrocidad hecha por ánimo de venganza contra una Alemania nazi que se resistía a rendirse.

Horrores de la guerra aparte, dispondremos de bastante tiempo para visitar Dresde, por lo que sugerimos algunas visitas “imprescindibles” en la ciudad. La primera será la famosa Frauenkirche o Iglesia de Nuestra Señora, icono de la ciudad cuya costosa reconstrucción entre 1994 y 2005 fue un símbolo de reconciliación entre las dos Alemanias. La impresionante cúpula tiene un observatorio con magníficas vistas a la ciudad.

Otra visita famosa por sus vistas es la terraza de Brühl o Brühlsche Terrasse, un conjunto arquitectónico cerca de la Frauenkirche. Más edificios notables son el palacio real o Residenzschloss, el palacio barroco Zwinger con su famosa pinacoteca Gemäldegalerie Alte Meister, el edificio de la ópera Semperoper y la Hofkirche o Catedral de la Santísima Trinidad. Además, podremos visitar el puente Augustusbrücke entre la ciudad vieja y la nueva o ir a ver el Fürstenzug o Desfile de los Príncipes, el mayor mural de porcelana del mundo, hecho con porcelana de Meissen y que sobrevivió intacto a la guerra, por lo que es uno de los monumentos más antiguos de Dresde.

Lejos del centro barroco, podremos visitar lugares más modernos como el profusamente decorado callejón Kunsthofpassage, el edificio Yenidze (una antigua fábrica de tabaco de 1901 que parece una mezquita), la “lechería más bonita del mundo” Pfunds Molkerei o la Neue Synagogue, nueva sinagoga construida en 2001 en el mismo lugar de la original destruida durante la Noche de los Cristales Rotos.

Alojamiento en Dresde.

Día 4: Dresde – parque nacional de la Suiza Sajona – Dresde 85 km

Hoy podremos repartir nuestro tiempo entre seguir visitando Dresde o bien acercarnos al parque nacional de la Suiza Sajona.

Este parque protege dos zonas en las montañas de arenisca del río Elba, donde la erosión de la piedra blanda ha formado un paisaje kárstico con multitud de valles, pináculos, macizos y toda clase de formaciones rocosas rodeadas de prados y espesas arboledas.

Una de las formas de visitarlo es recorriendo a pie los 12 km del sendero que, junto al río Elba, lleva de la población de Pirna a Rathen, pasando por Stadt Wehlen. Cerca de Rathen podremos visitar el famoso puente Bastei, que une entre sí varios pináculos y ofrece vistas de vértigo al paisaje circundante. Luego podremos regresar de Rathen a Pirna con un tren de cercanías que pasa cada media hora aproximadamente.

Otras visitas interesantes en coche son la localidad termal de Bad Schandau, donde un peculiar ascensor lleva a un mirador único sobre la ciudad y el río Elba, y la poderosa y nunca capturada fortaleza de Königstein, con vistas a la famosa montaña Lilienstein, uno de los iconos de la Suiza Sajona.

Día 5: Dresde – castillo de Moritzburg – Meissen – Weimar 225 km

Hoy saldremos en dirección al oeste para seguir el fly and drive por la Alemania del este, recorriendo el sur del estado de Sajonia hasta el land (estado federado) de Turingia. Antes de abandonar Sajonia, sugerimos acercaros al castillo de Moritzburg, construido en una isla artificial a una media hora de Dresde y lujosamente decorado, de hecho es una de las joyas escondidas de Sajonia.

Otra parada sugerimos hacerla en la localidad de Meissen, famosa en todo el mundo por su fábrica de porcelana, la primera que logró fabricar en Europa el llamado “oro blanco” en el año 1710. Aunque los tiempos han cambiado y la porcelana ya no es un material exclusivo de los mejores adornos, Meissen sigue produciendo porcelana tradicional pintada a mano y de la máxima calidad artística, no apta para todos los bolsillos, y su logo de dos espadas cruzadas es la marca comercial más antigua aún en uso. La visita guiada a la fábrica y su museo nos enseña cómo se elaboran las obras de esta marca tradicional, y a la salida podemos acercarnos a visitar el resto de la ciudad y ver por ejemplo las figuras de porcelana que decoran la iglesia de la iglesia Nikolaikirche, las vistas desde la torre de la Frauenkirche o el impresionante conjunto de la catedral y el lujoso castillo Albrechtberg. El interior del castillo Albrecht está profusamente decorado con porcelana y con todo el lujo que la porcelana podía pagar, y es sorprendentemente fastuoso para ser fruto de la riqueza de una sola fábrica.

Por la tarde llegada a Weimar, una ciudad pequeña pero con enorme peso en la cultura, ya que, no contenta con haber visto nacer a Goethe y Schiller, tuvo un papel importante en las vidas de otros grandes artistas y personajes como Bach, Strauss, Wagner, Nietzsche, Schopenhauer, Steiner, Martín Lutero, Munch o Paul Klee.

Así, no es de extrañar que la UNESCO haya reconocido como Patrimonio de la Humanidad dos conjuntos distintos de edificios en esta ciudad, que podremos visitar.

El conjunto del “Weimar clásico” (1788 – 1832) incluye la casa de Johann Wolfgang von Goethe, el Museo Goethe levantado a su lado, la casa de campo de Goethe, la casa Schiller (donde el poeta vivió sus últimos 3 años y que conserva el estilo y buena parte del mobiliario original), los castillos Ettersburg, Belvedere y “castillo de la ciudad” (Stadtschloss), los jardines de los castillos Ettersburg y Belvedere, la biblioteca de la duquesa Ana Amalia, la mansión y parque de Tiefurt, el parque del río Ilm, la “casa romana” construida por iniciativa de Goethe a modo de templo clásico, el cementerio antiguo y por último la Stadtkirche o “iglesia de Herder”, con su famoso tríptico del altar empezado por Cranach el Viejo y terminado a su muerte por Cranach el Joven.

Aparte, también es típico visitar y fotografiar el Teatro Nacional, con su entrada guardada por las estatuas de Goethe y Schiller, la plaza Markt y el ayuntamiento (Rathaus) o el clásico Hotel Elephant.

Y de lo más clásico, pasaremos a lo más nuevo, ya que el segundo conjunto protegido de Weimar tiene que ver con el movimiento de la Bauhaus (1919-1933), que fue seminal para el arte, diseño y arquitectura contemporáneos. En este conjunto se incluyen el edificio de la Universidad Bauhaus, el edificio de la antigua Escuela de Artes y Oficios donde nació el movimiento dedicado a incorporar la artesanía a la formación de nuevos creadores que explorasen los nuevos materiales y técnicas del cambio de siglo, y la Haus am Horn, primer y hoy en día único edificio superviviente del estilo Bauhaus en Weimar, una casa experimental construida por Georg Muche para la Exposición Bauhaus de 1923.

Día 6: Weimar – Eisenach – castillo de Wartburg – Erfurt – Weimar 195 km

Hoy aprovecharemos la estancia en Weimar para acercarnos a tres localidades interesantes que completarán nuestro viaje por la antigua Alemania del este. La primera parada sugerimos hacerla en Eisenach, asociado a las figuras de Johann Sebastian Bach y Martin Lutero, ya que nacieron en esta localidad. Así, podremos visitar la casa natal de Bach, donde se reúne un pequeño museo con muebles e instrumentos propiedad del autor. También puede visitarse la casa donde vivió buena parte de su infancia Martín Lutero, la plaza Markt y sus edificios barrocos y la iglesia de San Jorge, donde Bach fue bautizado y más tarde trabajó de organista. Como curiosidad, Eisenach es el lugar donde BMW (por entonces una fábrica de motores de avión con una pequeña pero exitosa división de motocicletas) construyó y a la postre diseñó sus primeros coches entre 1928 y 1933, según recuerda un pequeño museo.

Cerca de Eisenach, nos espera el castillo de Wartburg, importantísimo para la historia y la cultura alemanas, ya que en 1521 Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento del griego al alemán estando refugiado en el castillo. Esta traducción permitió por primera vez que gente sin formación eclesiástica o universitaria pudieran leer el libro sagrado por sí mismos e inspiraría otras traducciones a lenguas comunes. Estas traducciones, junto con la invención de la imprenta de tipos móviles que abarató el precio de los libros y la denuncia de Lutero a la corrupción del papado y el catolicismo, darían pie a la eclosión del protestantismo y las guerras de religión que marcaron durante dos siglos la historia europea.

Hoy en día Wartburg es uno de los castillos más interesantes y visitados de Alemania, por su larga historia y porque las distintas reformas lo convertirían en el prototipo del castillo romántico, hasta el punto de que inspiró la ópera Tannhäuser y el castillo de Neuschwanstein. El castillo de Wartburg alberga un museo, varias salas decoradas con mobiliario y objetos originales (incluyendo la Gran Sala “Palas”) y la habitación con el escritorio y la silla en que trabajó Martín Lutero.

Tras esta visita turística podremos desandar el camino y pararnos en Erfurt, ciudad que destaca por su centro medieval. La catedral de Erfurt es un impresionante edificio gótico levantado en la cima de una loma sobre otro más antiguo de estilo románico; destacan los vitrales y la campana “Gloriosa” de 11 toneladas, que es la mayor campana medieval que ha llegado a nuestros días. Además la catedral de Erfurt tiene su lugar en la historia como lugar de ordenación de Martín Lutero. Otro edificio notable es la iglesia de San Severo, situada junto a la catedral, de forma que ambos edificios y sus afiladas torres se levantan sobre la ciudad. En el Monasterio de los Agustinos de Erfurt volveremos a encontrarnos con Lutero, ya que vivió allí 6 años y se conserva su celda, la Lutherzelle.

Otros lugares notables son la plaza Fischmarkt y el ayuntamiento (Rathaus) neogótico, así como el peculiar puente comercial Krämerbrücke, sobre el cual se construyeron tiendas y edificios que lo cubren por completo al estilo del Ponte Vecchio de Florencia. Por último, a las afueras se encuentra la poderosa ciudadela barroca de Peterberg, abierta al público y visitable en su mayor parte.

Tras este día completo por el estado de Turingia, podremos decidir acercarnos o no a otros puntos de interés como Gotha o Rudolstadt antes de regresar a Weimar.

Alojamiento en el hotel en Weimar.

Día 7: Weimar – campo de concentración de Buchenwald – Leipzig 150 km

Hoy tomaremos el camino de regreso a Berlín, entrando en el estado de Sajonia-Anhalt para detenernos a pasar la noche en la importante ciudad de Leipzig.

Justo a las afueras de Weimar, podemos decidir visitar el memorial del campo de concentración de Buchenwald, el mayor de los construidos en suelo alemán y que empezó a funcionar en 1937 como lugar de internamiento de homosexuales, testigos de Jehová y presos políticos; al final también serían internados prisioneros judíos y prisioneros de guerra soviéticos, muchos de los cuales serían ejecutados. Aunque Buchenwald no era un campo de trabajo ni de exterminio, se calcula que unas 50.000 de las 250.000 personas que pasaron por el campo sucumbieron a las terribles condiciones de vida, la tortura, las ejecuciones, los experimentos médicos y los trabajos forzados. Buchenwald fue además el campo de juego de la temible Ilse Koch, la “loba de Buchenwald”, esposa del comandante del campo y que destaca entre la ya de por sí siniestra lista de sádicos nazis por su afición a la tortura y el coleccionismo de tatuajes arrancados a los presos muertos. Si no se ha visitado nunca un campo nazi, Buchenwald es tan buen lugar como otro para asomarnos al horror, considerando que no es una visita adecuada para niños menores de 12 años por la crudeza de algunas de las fotografías en la exposición. Como curiosidad, algunos comunistas españoles fueron internados en Buchenwald hasta su liberación, entre ellos destaca el escritor y antiguo ministro de cultura Jorge Semprún.

Saliendo ya de Buchenwald hacia Leipzig, por el camino podemos pararnos a tomar unas fotos y pasear por los jardines del palacio barroco de Dornburg, en el valle del Saale, más o menos a mitad de camino hacia Leipzig.

Leipzig es probablemente la ciudad de la ruta con más peso de la Guerra Fría, ya que por un lado tuvo un papel importante en el fin de la RDA, y por otro alberga dos interesantes museos sobre la época.

Leipzig fue el lugar donde empezaron las manifestaciones pidiendo reformas en la RDA durante el mes de septiembre de 1989, marchas que no fueron reprimidas por la policía y dieron pie al clima de inestabilidad que culminó con el desliz del portavoz del gobierno que anunciaba erróneamente la libertad de salida el 9 de noviembre de 1989. Leipzig es por tanto, una ciudad tenida en gran estima por los antiguos alemanes del este.

Y por esa relevancia, y la ocasión histórica, Leipzig tiene dos museos interesantes: uno es el llamado Museum in der «Runden Ecke» o “museo de la esquina redonda”, que ocupa las antiguas oficinas de la policía de seguridad Stasi, protagonista de tantas películas de espionaje. Las oficinas de estilo soviético, los equipos de disfraz y espionaje y otros recuerdos ayudan a comprender esa época desde el punto de vista de la represión. Y desde el punto de vista del ciudadano, la exposición permanente llamada “Zeitgeschichtliches Forum” o “foro de la historia contemporánea” enfrenta las dos realidades alemanas del periodo 1945-1991, con objetos comunes y detalles de la vida en la RFA y la RDA, incluyendo el cartel original de Checkpoint Charlie avisando de que “está usted abandonando el sector americano”.

Leipzig conserva también patrimonio de antes de su papel en el fin de las dos Alemanias, empezando por la iglesia Thomaskirche, donde J.S. Bach fue director del coro (Cantor) durante 30 años y ahí yace enterrado; siendo además esta iglesia donde Martín Lutero predicó en los inicios del protestantismo. Otra iglesia interesante es la Nikolaikirche, punto de origen y final de las marchas de septiembre de 1989 y que también vio predicar a Lutero, mientras que Bach por su parte fue el organista también durante muchos años, por lo que el órgano de esta iglesia fue el primero que se usó para algunas de las composiciones del maestro. Otros edificios notables del pasado de Leipzig son sus dos ayuntamientos, el “Altes Rathaus“ o Ayuntamiento Viejo de 1556 y que hoy alberga el museo de la ciudad, y el “Neues Rathaus” o Ayuntamiento Nuevo de 1899.

Los amantes de la música podrán seguir el rastro de Richard Wagner, hijo ilustre de Leipzig, a través del Wagner Museum instalado en la antigua escuela donde estudió, y además encontrarse con Bach y Mendelssohn en los respectivos museos Bach Museum y Mendelssohn Haus (éste último ubicado en la antigua residencia y estudio del autor). Completa la oferta musical de Leipzig el auditorio Gewandhaus, cuya orquesta es una de las más antiguas y prestigiosas del mundo, y la Opernhaus Leipzig, de estilo clasicista y construida en tiempos de la RDA.

Una última cita en la ciudad sería acudir al Mädler Passage y en él la taberna Auerbachs Keller, frecuentada por Goethe y que ambientó en ella algunos pasajes de Fausto. Y saliendo ya de Leipzig, en las afueras se encuentra el enorme monumento funerario dedicado a la Batalla de las Naciones (Völkerschlachtdenkmal) o batalla de Leipzig, el mayor enfrentamiento armado de las guerras napoleónicas y que marcó del 16 al 19 de octubre de 1813 la mayor derrota sufrida por Napoleón y el fin de sus aventuras en el este de Europa. Desde el mirador en la cima del monumento hay magníficas vistas a la ciudad y los alrededores.

Alojamiento en el hotel en Leipzig.

Día 8: Leipzig – Potsdam – Berlín 195 Km

Hoy terminaremos de viajar en coche por el este de Alemania yendo de Leipzig a la localidad de Potsdam, justo en las afueras de Berlín.

Potsdam está tan cerca de Berlín que puede visitarse en transporte público, así que tendréis libertad de planear el recorrido de vuestro fly and drive por Berlín y el este de Alemania en función de cómo y cuándo visitar Potsdam.

Potsdam es llamada la “ciudad de los palacios”, así que la mayoría de visitas son de este perfil, y dado que tuvo la suerte de ser respetada por la guerra todos los edificios que pueden visitarse son todavía los originales. El centro de las visitas es el parque de Sanssouci, que empezó como los jardines del palacio del mismo nombre y terminó abarcando una extensión de 290 hectáreas, integrando y rodeando otros palacios. Así, podremos visitar el elegante palacio de Charlottenhof, de estilo romano, y el Neues Palais, el más grande de todos pero que tuvo poco uso después de la demostración de poderío de Prusia al levantarlo en sólo 7 años. En el Neues Palais destacan sus salas Grottensaal y Marmolsaal, la suite real y la “galería marina”. Otro palacio destacable es el palacio de la Orangerie, de estilo italiano y donde aún se cultivan las naranjas que le dieron nombre.

A estos palacios cabe sumar los dos “imprescindibles”, Cecilienhoff y Sanssouci. Cecilienhoff es el último palacio construido en Potsdam y destaca por haber sido construido en estilo Tudor, ya que debía albergar al príncipe heredero y su esposa inglesa. Este palacio pasaría a la historia como el lugar donde se reunieron el presidente Truman, Winston Churchill y Iosif Stalin en la Conferencia de Potsdam de 1945, que definiría el futuro de Alemania y de paso el del mundo entero tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día Cecilienhof es un hotel y museo y ha sido usado ocasionalmente para reuniones de alto nivel, como el G-8 de 2007.

El otro palacio imprescindible es Sanssouci, el fastuoso palacio imperial llamado “el Versalles alemán” y que junto con Cecicilienhof justifica adquirir el pase “Sanssouci+”, que da acceso a todos los palacios de Potsdam. Tened en cuenta que Sanssouci se visita con hora concertada, así que es aconsejable reservar la visita por internet con unos días de antelación y organizar el resto de visitas en función del horario para Sanssouci. El recorrido guiado y muy bien explicado nos asombrará ante el esplendor y complejidad de la decoración en las salas de Sanssouci, construido como palacio de verano para el descanso del rey Federico II el Grande de Prusia.

Según andéis de tiempo, otras visitas en el parque de los palacios serían el Pabellón Chino y la Bildergalerie (pinacoteca), o bien podéis recorrer el resto de la ciudad.

Palacios aparte, Potsdam también tiene otros atractivos, por ejemplo, relacionado con las dos Alemanias tenemos el puente Glienicke o “puente de los espías”, que hacía de frontera entre la RFA y la RDA y se ganó el apodo porque ocasionalmente servía para intercambiar espías capturados.

Otro lugar interesante que visitar es el “barrio holandés”, una serie de casas de estilo holandés construidas para atraer artesanos holandeses al Brandeburgo de Federico Guillermo I de Prusia. Otro barrio levantado por un motivo similar es el barrio ruso o Colonia Alexandrowka, una docena de bonitas casas de madera y una iglesia ortodoxa de estilo ruso con una curiosa y complicada historia.

Por último, pueden visitarse la Nauener Tor (una puerta de las antiguas murallas), la Puerta de Brandeburgo (de Potsdam), construida antes que la de Berlín y que también era parte del sistema de murallas, y la plaza del mercado o Alten Markt con el ayuntamiento antiguo (Altes Rathaus) y la iglesia luterana (hoy evangélica) de San Nicolás, los dos edificios más notables de Potsdam que no sean palacios.

Hacia la tarde llegaremos a Berlín y podremos dejar el coche de nuevo en la Hauptbanhoff o bien conservarlo hasta devolverlo en el aeropuerto, según eligierais.

DÍA 9. Berlín – España

Último día del viaje, que podremos aprovechar para terminar de visitar la ciudad o hacer algunas compras  mientras esperamos a la hora de salida de nuestro vuelo. Con un margen de tiempo prudencial, nos dirigiremos al aeropuerto, devolveremos el coche si no se devolvió en la estación de tren y facturación y embarque para el vuelo de regreso.

Berlin detalle puerta 2

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Notas de viaje:
EL LUGAR


LA ANTIGUA RDA

Los territorios que antiguamente formaron parte de la RDA se constituyeron en los actuales estados federados (Länder) de Berlín, Brandeburgo, Sajonia, Turingia, Sajonia-Anhalt y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, de los cuales recorreremos en nuestro programa todos menos éste último.

El clima en la región este de Alemania es de contrastes fuertes, con un verano que a veces puede ser muy caluroso y un invierno donde las temperaturas fácilmente permanecen bajo cero durante días. Algunas regiones sin embargo tienen microclimas más suaves que permiten por ejemplo el cultivo de la vid. La vegetación por su parte es mayormente de árboles caducifolios, por lo que el otoño es una época de gran colorido a medida que los árboles se despojan de sus hojas para pasar el invierno. La primavera, a su vez, es una época de fuerte floración, por lo que en términos generales puede decirse que la Alemania del este puede visitarse desde abril hasta octubre, mientras que Berlín como gran ciudad está preparada para todo el año, nevadas ocasionales incluidas.

Horarios comerciales en Alemania.

Como norma general, salvo en las grandes ciudades como Berlín, Frankfurt o Munich, los horarios comerciales son de 08:00 a 20:00 de lunes a sábado. Esto incluye la mayoría de restaurantes, si bien en los pueblos y todas las panaderías en general tienen horarios más limitados y raramente abren pasadas las 18:00. Los centros comerciales por su parte suelen abrir a partir de las 10:00 y están hasta las 20:00, ininterrumpidamente. Las tiendas pequeñas suelen cerrar una hora para comer al mediodía, hacia las 12:00 o las 13:00.

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